lunes, 4 de febrero de 2013

POR QUE EL DOMINGO Y NO EL SABADO?

Todos sabemos que el domingo es el primer día de la semana u octavo día si continuáramos contando de forma ininterrumpida.


Ahora bien, nos preguntamos ¿Por qué los primeros católicos guardaron el primer día y no el sábado?

El Antiguo Testamento indica que Dios descansó el séptimo día (Éxodo 20, 11) y también indica que el hombre descanse el mismo día (Éxodo 23, 12). Sin embargo, para los primeros cristianos el sábado perdió su fuerza y valor. Veamos:

“Por eso, que nadie les venga a criticar por lo que comen y beban, o por no respetar fiestas, lunas nuevas o el día sábado. ESAS COSAS NO ERAN MAS QUE SOMBRAS…”
(Colosenses 2, 16 – 23)

El primer u octavo día de la semana tomó un giro muy especial, diferente y único para ellos. Pues, estando Jesús muerto en el sepulcro, los discípulos frustrados y asustados estaban escondidos por miedo a morir.

¡De repente!, el primer día de la semana, aconteció lo nunca esperado, el que estaba muerto había resucitado.

Tan grande fue esto para los primeros seguidores de Jesús que el miedo y el desánimo que les afligía desapareció. EL IMPACTO DE ESTE ACONTECIMIENTO DE LA RESURRECCION MARCO ESTE DIA PARA QUE FUERA CONSAGRADO como: “EL DIA DEL SEÑOR” (Cfr. Apocalipsis 1, 10).

Precisamente, esto es lo que significa la palabra “domingo”. Del término griego KIRIACHE EMERA se deriva el latín DIES DOMINICUS y de ahí viene la palabra “domingo“ que hoy tenemos (Cfr. NUEVO DICCIONARIO DE LITURGIA, Paulinas, Madrid, 1987).

Desde el principio hasta nosotros hay una ininterrumpida continuidad, que tiene origen y fundamento en LA TRADICION y los escritos del NUEVO TESTAMENTO.

-“Jesús resucitó en la madrugada. EL PRIMER DIA DE LA SEMANA…” (San Marcos 16, 9).

-“Pasado el sábado, al alborear el primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro… el Ángel del Señor… les dijo: <>” (San Mateo 28, 1 – 6).

-“CADA PRIMER DIA DE LA SEMANA, cada uno de ustedes reserve en su casa lo que haya podido ahorrar, de modo que no se hagan colectas cuando yo llegue” (1 Corintios 16, 2).

-“Caí en éxtasis EL DIA DEL SEÑOR, y oí detrás de una gran voz, como de trompeta, que decía: <>” (Apocalipsis 1, 10).

-“EL PRIMER DIA DE LA SEMANA, estando nosotros reunidos para la fracción del pan…” (Hechos 20, 7). Lo que nos indica que era el domingo que se reunían para la “Cena del Señor”.

-Al atardecer de aquel día, EL PRIMERO DE LA SEMANA, estando cerradas, por miedo a los judíos, las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: <> dicho esto, les mostró las manos y el costado” (San Juan 20, 19 - 20).

- “OCHO DIAS DESPUES, estaban otra vez su discípulos dentro y Tomás con ellos. Se presentó Jesús en medio estando las puertas cerradas, y dijo: <>. Luego dijo a Tomás:<> Tomás le contestó: <>“ (San Juan 20, 26 – 28).

DOCUMENTOS DE LAS PRIMERAS GENERACIONES CATOLICAS:

LA EPISTOLA DE BERNABE (escrita aproximadamente en el año 100 antes de Cristo): “Por lo tanto, nosotros guardamos EL OCTAVO DIA para celebrarlo. En ese día Jesús resucitó de entre los muertos, y tras manifestarse, ascendió a los cielos” (C. XV).

EPISTOLA A LOS MAGNESIO de San Ignacio (escrito hacia el 100 d. C.): “Ahora bien, los que se criaron en el antiguo orden de cosas vinieron a la novedad DIA EN QUE TAMBIEN NUESTRA VIDA AMANECIO” (C. IX).

DIDAJE (año 110 d. C.): “Reunidos cada DIA DEL SEÑOR, partan el pan y den gracias, después de haber confesado sus pecados, a fin de que su sacrificio sea puro” (C. XIV).

I APOLOGIA de San Justino Mártir (hacia el año 150 d. C.): “Pero EL DOMINGO es el primer día, en el que todos celebramos nuestra asamblea común, porque es el primer día en el que Dios, habiendo realizado un cambio en la oscuridad y la materia, hizo el mundo; y Jesucristo, nuestro salvador, fue en ese mismo día cuando resucitó de entre los muertos” (C. 67).

LA TRADICION de San Hipólito de Roma (año 225 d. C.), c. 22: “LOS DOMINGOS, si es posible, el obispo distribuirá la comunión a todo el pueblo con sus propias manos… Luego el diácono ofrecerá la eucaristía y la patena al sacerdote; éste las recibirá, las tomará en sus manos para luego distribuirlas a todo el pueblo. Los demás días se comulgará siguiendo las instrucciones del obispo.”

Padre Wilfredo Martínez
Arquidiocesis Santiago de los Caballeros
Rep Dominicana


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