Mi papá, nacido en Granada, Nicaragua el 28 de Enero de 1912, hijo de Rosa Garay y Jacinto Lagos............con inclinaciones literarias y con un gran corazón inocente y confiado.
Sólo tuvo un hermano,César Guillén que fue el mayor y que según le oía a mi papá platicar, fue como su padre, no sé cuántos años se llevaban de diferencia. Un gran recuerdo que tengo de mi padre fue la dedicación que le tuvo a su mamá, mi abuelita Rosita, de la que tengo bonitos recuerdos porque cuando iba con mi papá a visitarla, nos llenaba de atenciones, con ella aprendí a tomar café de leche con mantequilla y rosquillas, ya en secundaria cuando tomaba clases de matemáticas cerca de la casa de ella, todos los días a las diez de la mañana, nos llevaba a la profesora y a mí el pichelito de fresco hecho por ella.
Mi papá a pesar de que algunas personas (muy pocas) digan que tuvo grandes defectos, sus virtudes son mayores: fue un jefe de familia resposable en máximo grado, nunca se gastó su sueldo en él, es decir, su sueldo era para sus hijos, para su familia...nunca lo ví, desde que tuve uso de razón, comprarse una camisa o un pantalón, o zapatos, creo que se dejaba lo de sus cigarros que fue lo que lo llevó al enfisema pulmonar. Su ropa y calzado mi mamá se la compraba o regalaba para su cumpleaños y navidad y él se dejaba vestir por ella aunque no le gustó cuando lo inició en el uso de ropa de color que fue para cuando yo andaba por diez o doce años....porque acostumbraba vestirse hasta entonces, todo de blanco: pantalón de lino blanco y camisas cuello duro blancas.
Hombre justo, bohemio, de un gran corazón, considerado de las condiciones del ser humano no emitía juicios a priori ni a posteriori.
Fue prolífero le tuvieron como diez hijos todos reconocidos por él, antes que los que tuvo con mi mamá..que fuimos ocho nacidos...... conocí a ocho de los hijos mayores y de los cuales cinco de ellos frecuentaban la casa.
Su locomoción fue por etapas: bicicleta, motocicleta y carro. Juicioso en el manejo, nunca tuvo accidente....él me dió las primeras clases de manejo y prácticas.
Nunca hubiera deseado que llegáramos sus hijas a la edad de los novios, pero al darse el tiempo él hizo a un lado su celo de padre y apoyó y recibió a los novios...no le quedaba de otra. Además nos aconsejaba acerca de la manera de cómo debían de conducirse las novias.
En mi padre ví un amor casi materno hacia nosotros sus hijos, gozaba con llevarnos y recogernos a todo lugar donde fuésemos: colegio, cines, fiestas, visitas a amigas....
Yo miraba su rostro triste y sufrido cuando mirando hacia el este de la ciudad, veíamos volar los aviones que atacaban y dejaban caer bombas en los barrios orientales durante la insurrección final y sus labios se movían musitando una oración por el hijo amado que sabía estaba luchando.
Mi hermano cayó en la toma de Jinotepe y no lo aceptó ni su cuerpo lo soportó, se sumió en depresión y al mes de haber sepultado a mi hermano, entregó su alma al Creador, fue a reunirse con su madre y con su hijo. DIOS LO TENGA GLORIA.
Sólo tuvo un hermano,César Guillén que fue el mayor y que según le oía a mi papá platicar, fue como su padre, no sé cuántos años se llevaban de diferencia. Un gran recuerdo que tengo de mi padre fue la dedicación que le tuvo a su mamá, mi abuelita Rosita, de la que tengo bonitos recuerdos porque cuando iba con mi papá a visitarla, nos llenaba de atenciones, con ella aprendí a tomar café de leche con mantequilla y rosquillas, ya en secundaria cuando tomaba clases de matemáticas cerca de la casa de ella, todos los días a las diez de la mañana, nos llevaba a la profesora y a mí el pichelito de fresco hecho por ella.
Mi papá a pesar de que algunas personas (muy pocas) digan que tuvo grandes defectos, sus virtudes son mayores: fue un jefe de familia resposable en máximo grado, nunca se gastó su sueldo en él, es decir, su sueldo era para sus hijos, para su familia...nunca lo ví, desde que tuve uso de razón, comprarse una camisa o un pantalón, o zapatos, creo que se dejaba lo de sus cigarros que fue lo que lo llevó al enfisema pulmonar. Su ropa y calzado mi mamá se la compraba o regalaba para su cumpleaños y navidad y él se dejaba vestir por ella aunque no le gustó cuando lo inició en el uso de ropa de color que fue para cuando yo andaba por diez o doce años....porque acostumbraba vestirse hasta entonces, todo de blanco: pantalón de lino blanco y camisas cuello duro blancas.
Hombre justo, bohemio, de un gran corazón, considerado de las condiciones del ser humano no emitía juicios a priori ni a posteriori.
Fue prolífero le tuvieron como diez hijos todos reconocidos por él, antes que los que tuvo con mi mamá..que fuimos ocho nacidos...... conocí a ocho de los hijos mayores y de los cuales cinco de ellos frecuentaban la casa.
Su locomoción fue por etapas: bicicleta, motocicleta y carro. Juicioso en el manejo, nunca tuvo accidente....él me dió las primeras clases de manejo y prácticas.
Nunca hubiera deseado que llegáramos sus hijas a la edad de los novios, pero al darse el tiempo él hizo a un lado su celo de padre y apoyó y recibió a los novios...no le quedaba de otra. Además nos aconsejaba acerca de la manera de cómo debían de conducirse las novias.
En mi padre ví un amor casi materno hacia nosotros sus hijos, gozaba con llevarnos y recogernos a todo lugar donde fuésemos: colegio, cines, fiestas, visitas a amigas....
Yo miraba su rostro triste y sufrido cuando mirando hacia el este de la ciudad, veíamos volar los aviones que atacaban y dejaban caer bombas en los barrios orientales durante la insurrección final y sus labios se movían musitando una oración por el hijo amado que sabía estaba luchando.
Mi hermano cayó en la toma de Jinotepe y no lo aceptó ni su cuerpo lo soportó, se sumió en depresión y al mes de haber sepultado a mi hermano, entregó su alma al Creador, fue a reunirse con su madre y con su hijo. DIOS LO TENGA GLORIA.
Viajando por el ciber espacio, encontré en los archivos del diario La Prensa, unas fotos de la vieja Managua que me tocaron muy dentro de mis recuerdos y las añoranzas subieron a flor de piel.....aquí una foto de la acera al final de la Avenida Bolívar, el edificio de La Financiera en el costado oeste. Siguiendo para el Lago y doblando a mano derecha estaba el local donde trabajó hasta el terremoto del 72, mi papá, la Casa Palazio, cuyos dueños italianos, según reza el pie de foto de La Prensa, eran propietarios del edificio. Después de ese terremoto dichas oficinas fueron trasladadas a la Carretera Norte y ahí continuó laborando hasta su muerte, fueron más de 30 años de llevar la contabilidad de esa importadora y agencia naviera.
El auto que se ve girando a su derecha, en dirección oeste, está tomando la famosa y tantas veces recorrida por mí calle El Triunfo...esa calle a lo largo de varias cuadras me acercaba a mi casa en las cercanías del Cine Rosario. En la esquina de la calle anterior, rumbo al este, frente a la esquina de La Financiera, se mantenía ganándose "el pan de cada día, el también muy conocido por los conductores, el agente de tránsito Luna o "Lunita".....era bueno a poner multas.
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