martes, 25 de septiembre de 2012

“MI MADRE Y MIS HERMANOS, SON AQUELLOS....... ”


Evangelio según San Lucas 8,19-21.


Su madre y sus hermanos fueron a verlo, pero no pudieron acercarse a causa de la multitud.

Entonces le anunciaron a Jesús: "Tu madre y tus hermanos están ahí afuera y quieren verte".

Pero él les respondió: "Mi madre y mis hermanos son los que escuchan la Palabra de Dios y la practican".



Comentario del Evangelio por :


Papa Benedicto XVI

Discurso del 26/02/2009 al clero diocesano de Roma (trad. © copyright Libreria Editrice Vaticana)


“Mi madre y mis hermanos, son aquellos que escuchan la palabra de Dios y la cumplen”

María es la mujer de la escucha. Lo vemos en el encuentro con el ángel y lo volvemos a ver en todas las escenas de su vida, desde las bodas de Caná hasta la cruz y hasta el día de Pentecostés... En el momento del anuncio del ángel podemos ver ya la actitud de escucha, una escucha verdadera, una escucha dispuesta a interiorizar: no dice simplemente "sí", sino que asimila la Palabra, acoge en sí la Palabra. Y después sigue la verdadera obediencia, como una Palabra ya interiorizada, es decir, transformada en Palabra en mí y para mí,... Así la Palabra se convierte en encarnación.

Lo mismo vemos en el Magníficat. Sabemos que es un texto entretejido con palabras del Antiguo Testamento. Vemos que María es realmente una mujer de escucha, que en el corazón conocía la Escritura. No sólo conocía algunos textos; estaba tan identificada con la Palabra, que en su corazón y en sus labios las palabras del Antiguo Testamento se transforman, sintetizadas, en un canto. Vemos que su vida estaba realmente penetrada por la Palabra; había entrado en la Palabra, la había asimilado; así en ella se había convertido en vida, transformándose luego de nuevo en Palabra de alabanza y de anuncio de la grandeza de Dios...

Es evidente que la Virgen es palabra de la escucha, palabra silenciosa, pero también palabra de alabanza, de anuncio, porque en la escucha la Palabra se hace de nuevo carne, y así se transforma en presencia de la grandeza de Dios.













JUDITH 15,8-14;16,13-14

Dios se ha complacido en lo que ha hecho.


Judit 15, 8-10.14; 16, 13-14

En aquellos días, el sumo sacerdote, con el Consejo de ancianos y los habitantes de Jerusalén, vinieron a contemplar los bienes que el Señor había hecho a Israel, y a ver y saludar a Judit.

Llegando a su presencia, todos a una voz la bendijeron diciendo: “Tú eres la gloria de Jerusalén, tú eres la alegría de Israel, tú eres el orgullo de nuestra raza. Al hacer todo esto por tu mano, has procurado la dicha de Israel, y Dios se ha complacido en lo que has hecho. ¡Bendita seas del Señor omnipotente por los siglos infinitos!”.

Y todo el pueblo respondió: “¡Amén!”.

Judit entonó, en medio de Israel, este himno de gracias, y todo el pueblo repetía sus alabanzas: “Cantaré a mi Dios un cantar nuevo. ¡Tú eres grande, Señor, eres glorioso, admirable en poder e insuperable! Sírvanle las criaturas todas, pues hablaste tú y fueron hechas, enviaste tu Espíritu y las hizo, y nadie puede resistir a tu voz”.

Palabra de Dios.


REFLEXIÓN


Una mujer que en todo momento supo estar a los pies del maestro

El texto de Judit expone la bendición que ella recibe tanto del pueblo como de los principales del pueblo. La alabanza es hermosa y tiene que ver con la gloria, alegría y orgullo de un pueblo por uno de sus miembros valientes y decididos. Cuando las cosas se hacen buscando el querer de Dios, entonces el resultado es la alabanza y el reconocimiento de que Dios se complace en las obras realizadas por sus criaturas. Así sucede también con María, Dios se complace en ella, en su humildad, en su valentía y en todo su actuar. Como María sepamos también nosotros acoger su palabra, realizar las obras de justicia que la palabra nos inspire y elevemos como Judit y María nuestro himno de alabanza el Dios creador y Señor de todo.

Del texto de san Juan extraemos la entrega que Jesús hace de su madre al género humano y la acogida pronta de Juan, en quien estamos representados todos si escuchamos la voz del Señor. Discípulo es quien, a los pies del maestro, escucha su enseñanza y la hace vida en toda su existencia; pero, más todavía, es discípulo el que escucha al maestro a los pies de la cruz y cumple con prontitud su palabra, como Juan que desde aquel momento acoge a la madre de Jesús en su casa. Al celebrar a María no sólo sintamos el gozo de una madre que acompaña el caminar, sino de una mujer que supo cumplir hasta el final la palabra que había escuchado.

¿Sabemos reconocer y alabar las obras que hacen los otros en nombre de Dios? ¿La escucha de la palabra de Jesús nos motiva a actuar con prontitud y decisión?

La devoción a la Virgen María, bajo la advocación de la Merced, se desarrolló desde los albores de la evangelización de América Latina, gracias a la labor de la Orden Mercedaria.

En el Ecuador, la Virgen de la Merced ha sido invocada con gran fervor desde el tiempo colonial hasta nuestros días, pasando por los de la independencia, y especialmente con ocasión de los movimientos telúricos.

En 1851 la Convención Nacional reconoce a la Virgen de la Merced como patrona y celestial protectora de la ciudad de Quito. En 1861, la Nueva Asamblea extiende ese Patronato a toda la república, afianzándose particularmente la devoción en las provincias del litoral ecuatoriano, por lo cual ha sido declarada especialmente patrona por la Conferencia Episcopal Ecuatoriana.







NO TENGO SUERTE


Muchos jóvenes, si han fracasado en la escuela, desanimados suspiran: “Es inútil; no tengo suerte”. Y si alguno de sus compañeros adelanta, en seguida tienen preparado el veredicto: “¡Claro! Siempre tiene suerte este tipo”.


Y sin embargo, el éxito no es tan sólo cuestión de suerte; y quien de la suerte espera el éxito, en vano esperará con la boca abierta el pollo asado, trinchado y servido. El que quiera lograr algo en la vida, no haga reproches a la suerte, sino tome la ocasión por los pelos y no la suelte.

¿No tienes toda una cuadrilla de obreros que trabaja para ti? Ahí están tus dos brazos vigorosos, tus diez dedos hábiles, tus pies incansables, tus ojos agudos, tus oídos despiertos…, todos ellos están dispuestos a trabajar para ti. Y tienes además tu cerebro refinado y penetrante, esa admirable oficina central con grandes instalaciones tecnológicas, donde se reciben en un minuto millares de mensajes captados por tus cinco sentidos, y que sin demora se despachan. ¿Para qué esperar, entonces, la ayuda de otros? ¡Que Panchito te soplará la lección de historia! ¡Que el tío de tu madrina te ayudará a conseguir un gran empleo! Quien así saca fáciles cuentas en su juventud, no reportará gran provecho ni a la sociedad ni a su patria.

Los mahometanos tienen un proverbio interesante: “El mundo entero pertenece a Dios; pero Dios lo alquila a los valientes”. En otras palabras: el joven no debe esperar inactivo la suerte de cazar protecciones, sino que ha de fraguar sobre el yunque, con duro trabajo, la carrera de su vida, según lo dice Horacio: "Multa tu lit fecitque puer, sudavit et alsit" / “Mucho sobrellevó e hizo el joven; mucho sudó y jadeó”. Únicamente el que se haya metido con tenacidad en la cabeza que vencerá, y que aun después de resultados ineficaces, ya que nadie puede evitarlos, emprende el trabajo una y otra vez con vigor creciente, vencerá de veras.

Por lo tanto, lo principal no es la suerte, ni siquiera el talento brillante, sino el ánimo perseverante y obstinadamente tenaz en el trabajo.

Las orillas del mar de la vida están llenas de tristes náufragos que, a pesar de su gran talento, estaban faltos de fuerza de voluntad, de valentía y de perseverancia; mientras que otros con menos talento, pero con voluntad inquebrantable, bogan a velas desplegadas hacia el término del viaje.



(Mons. Tihamér Tóth, “El Joven de Carácter”, Nueva Edición, 2009)



miércoles, 19 de septiembre de 2012

QUIEN SE LEVANTA DE MAL HUMOR


También el alma tiene sus caminos atmosféricos. Algunas veces te inunda un océano de luz, de alegría; otras veces, sin saber tú mismo por qué, te agobia una niebla pesada, húmeda. Hoy te cunde el tiempo, tienes un buen día. Mañana basta un chubasco, el más leve contratiempo, un malestar pasajero, para ponerte de mal humor. “Se ha levantado de mal talante”, dicen los otros. “Estoy de mal humor”, repites tú mismo.


No hay duda. El humor no depende de nosotros, por lo tanto no somos responsables. Pero en cambio, de nosotros depende hacer todo lo posible para adueñarnos de nuestro mal humor y no dejarnos llevar en el cumplimiento de nuestros deberes a merced del humor, bueno o malo. Sí. Cuando estés de buen humor, aprovéchalo; entonces te será mucho más fácil el trabajo. Pero si sólo estudias cuando estás de buen humor, no harás nunca un trabajo minucioso. Y sobre todo, ¿qué será de ti más tarde, cuando te descuides en tus obligaciones oficiales, con el pretexto de que no tenías humor para ellas? Por tanto, quien no tiene ganas de hacer tal o cual cosa, sáquelas de donde pueda. Debe obligarse a sí mismo a trabajar. De buen grado o de mal grado. Lo mismo da. “Es mi deber, lo cumplo y en paz”.

“Pero – preguntarás acaso - ¿para qué sirve trabajo semejante?” ¿Para qué sirve? Tendrá el valor enorme de acostumbrarte al cumplimiento del deber. Y así, no será el humor dueño de tu voluntad, sino tu voluntad quien domestique al humor.

Aún más: hay que ser dueño del humor no sólo en el trabajo, sino aun en las relaciones sociales y en el modo de proceder. Aun estando de mal humor, no debes hacerlo sentir a los que te rodean ni mostrarlo con enfados, con cara larga, con descontento. ¡Cuántas veces tuvieron que arrepentirse los hombres, de palabras ofensivas y acciones precipitadas que cometieron sin premeditación, bajo la influencia de su mal humor! ¡Cuántas veces se nos escapan frases no pensadas, de las que sólo más tarde vemos cuán ofensivas eran para otros! “¡Dios mío! Pero yo no quería. No pensaba en las consecuencias que se pudiesen seguir”. Sí, sí; pero el pesar ya llega tarde.

La verdadera grandeza espiritual del hombre se muestra en las pruebas, en el peligro, en la desgracia. No desconfiar en medio de la desgracia; plantarse con la frente erguida de cara al mal y no abandonarse al desaliento, es virtud tan sólo del roble, de la roca y del alma grande. Lo mismo sucede en la lucha contra el mal humor.

En las oscuras profundidades del gran océano, donde nunca bajó un rayo de sol; donde la Naturaleza pierde el color; donde la temperatura está continuamente cerca de cero; donde el aire contenido en el líquido elemento es de poca densidad; donde el peso de la mole inmensa de agua viene a ser abrumador… en el ambiente lóbrego de este desolado cementerio, ¡es curioso el caso!, viven unos peces luminosos. De la energía radiante del sol, de la fuente de la luz, nada puede llegar a estos abismos, donde la eterna noche aterradora lo envuelve todo; ve ahí, que la sabiduría del Dios creador proveyó magníficamente hasta este lugar oscuro creando peces que, con su propio cuerpo, van haciendo de linterna. En los costados de algunos hay glándulas que brillan, como perlas; hay otros, que sobre su cabeza, tienen una especie de lente que junta la luz de las glándulas y a manera de reflector potente, la despide después multiplicada en el seno de las tinieblas. Hasta en el abismo más oscuro del océano vibra una vida inundada de luz, de destellos.

Si tienes orden en tu alma, nunca has de estar de mal humor, sombrío, desalentado. No te levantes jamás, “de mal talante”. Procura tener un humor jovial, expansivo, capaz de entablar una conversación con los pajarillos, y vence así tu mal temple. Y trata de ser sobre todo, fuente de vida, de alegría, de luz, de sol, cuando la tristeza, las dificultades económicas y las millares de preocupaciones de la vida penetran en tu hogar y echan acaso su velo negro sobre el alma de tus mimos padres.

"Post tenebras spero lucem" “Después de la lobreguez llegará la luz” (Job 17, 12). Después del mal tiempo brillará el sol.



(Mons. Tihamér Tóth, “El Joven de Carácter”, Nueva Edición, 2009)







martes, 4 de septiembre de 2012

MARIA, LA SIERVA AMADA

BENDITA ENTRE TODAS !!!


de Ministerio Mujeres en las manos de Dios, el Viernes, 28 de octubre de 2011, 10:22

LUCAS 1: 28

Y entrando el ángel en donde ella estaba, dijo: ¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres.

Hace muchos años se le llamo bendita y favorecida entre las mujeres a una mujer q sin ella pedirlo fue escogida de entre todas y fue encontrada gracia en ella nada mas y nada menos q para ser la mujer q llevará en su vientre al Salvador del mundo, al hijo de Dios, al Rey de reyes ¿ saben de quien hablo? De María… será que hoy en día ya no hay mujeres en quien Dios pueda encontrar gracia y llamarle bendita y favorecida entre todas…. ( todas las de tu colonia, Colegio, trabajo, universidad, familia, iglesia), ….. claro que ya no tendríamos el privilegio de ser la madre del hijo de Dios, pero seríamos llamadas “benditas entre todas las hijas de Dios”.si aprendieramos e imitaramos el carácter de esa mujer “María”.

** MARIA = La amada, su carácter: espiritualmente sensible, fiel y obediente a la voluntad divina

.Cómo podemos ser favorecidas y benditas entre las mujeres: Determinándonos a ser diferentes en todo lugar y en todo tiempo…..

** Dios inquieto mi corazón para hablar de María, porque es común en cada grupo de mujeres, ó charlas para mujeres oigamos hablar de: Deborah, Sara, Ruth, Ana y Ester, pero en María encontramos la mejor parte de c/u de ellas.

- Deborah= Fé y valor:

- Ruth = Amor.

- Ana = Perdón.

- Ester = Entrega.

Todo esto era parte de la personalidad de María “ La sierva amada” ¿ será que estos aspectos son inalcanzables… de ninguna manera, pués todas estas mujeres de las q hemos hablado, eran de carne y hueso como usted y como yo…

Quizás yo sea la menos indicada para llamarme bendita entre todas… pero si lucho día a día por practicar cada una de estas cualidades, segura estoy que hoy puedo ser la menos indicada, pero que seré la más exclusiva ante los ojos de mi REY.

** Es tiempo de rendirle nuestra vida al Señor como María, pero también es tiempo de levantarnos como Deborah.. con valor y con fé para llegar a reinar como Ester y recibir la gracia de Dios como Ana; es tiempo de amar como Ruth y… es tiempo que nuestra familia sea bendecida a través de nosotras como Sara.

** Así y solamente así seremos benditas y favorecidas entre todas.



Amén, amén y amén.



ADMINISTRANDO EL TIEMPO


¿Cómo lograr un programa óptimo del tiempo?, sería el tema a desarrollar. Las diferentes corrientes de la administración del tiempo han partido de un principio erróneo, el tiempo no se puede administrar, más bien, nosotros tenemos que administrarnos en relación al tiempo. Éste pasa inexorablemente, el aprovecharlo depende exclusivamente de nosotros, insisto, invertirlo o gastarlo, y para ello es necesario ubicarnos en los siguientes cuadrantes.










Cuadrante I

Urgente es todo aquello que tenemos que atender de inmediato, que no puede esperar, de lo contrario las consecuencia pueden ser adversas: pagar al personal, asistir al médico, una reunión de trabajo donde se tomarán decisiones importantes, ser testigo en una boda, celebrar el cumpleaños de la suegra, etc. El tiempo sigue corriendo y tenemos que apresurarnos pues él no nos va a esperar y los nubarrones se ciernen sobre nosotros, son los clásicos bomberazos, apaga fuegos, problemas en ese momento inevitables, que nos exigen una respuesta inmediata y el no hacerlo nos ubica como irresponsables.



Cuadrante II

Que por su importancia trasciende en forma significativa en el futuro, que puede ser a corto o largo plazo, provienen más de proyectos que de problemas, de prever en lugar de lamentar, de adelantarnos a los acontecimientos, el construir a tiempo el futuro, es la expresión más adecuada de “invertir el tiempo”. En este campo cae la educación de nuestros colaboradores, en la medida que invirtamos en su preparación tendremos menos fallas y, por lo tanto, menos problemas urgentes que atender; el fincar los principios y valores de la familia, el tener la presencia y la tutela oportuna de nuestros hijos nos evitará muchos dolores de cabeza; el solidificar y alentar la amistad nos darán amigos de por vida; el cuidar la salud nos evitará entrar al departamento de urgencias médicas; el invertir en nuestra preparación asistiendo a programas de desarrollo, en busca permanente del crecimiento intelectual, nos mantendrá en forma, para aprovechar las oportunidades. En la medida en que se invierte tiempo en el cuadrante II se disminuye la atención y presencia en el cuadrante de las urgencias; el tiempo que se dedique al crecimiento espiritual, enriqueciendo valores de orden superior, facilitará el manejo de las situaciones conflictivas y adversas, dotándonos de una fortaleza interior capaz de soportar las cargas más pesadas. En este cuadrante se ubican la definición de los objetivos a lograr, las estrategias para alcanzarlos, la misma definición de la misión existencial, y cuáles deben ser mis valores vertebrales, así como el tiempo que debo dedicar al desarrollo personal. En síntesis, en este cuadrante se ubican todas las tareas a realizar que trascienden en nuestras relaciones en el trabajo, pareja, familia, social y personal. Es el cuadrante vital para lograr nuestros propósitos nucleares y por ende, la plena realización.



Cuadrante III

Urgente y no importante. Un sinfín de ocupaciones que no tienen trascendencia alguna: críticas, chismes, interrupciones sin sentido, charla sin contenido, actividades que nos ocupan tiempo, pero que su impacto es nulo en beneficio propio y de los demás; cócteles, asistir a reuniones en las que se abordan temas sin fondo alguno, es un espacio que a mucha gente le gusta tener, cree que “hace y logra mucho”, aunque sin resultado alguno, y es urgente porque nos apremia o nos autopresiona el hacerlas, aun cuando quedemos frustrados, pues estamos haciendo lo que no deseamos y permanecemos donde no queremos estar, entramos al terreno de las ansias, de esa desesperación consciente o inconsciente que nos ubica en el mundo de los ansiolíticos, nos preocupamos de todo y nuestra salud empieza a sufrir daños considerables: taquicardia, úlcera, gastritis, etc. Es un cuadrante falso que puede llegar a ser mortal.



Cuadrante IV

No urgente y no importante. En este espacio ubicamos el hoyo negro de nuestra existencia, las formas mortales de gastar nuestro tesoro más preciado: el tiempo, que se fue por la cañería y que perdimos inútilmente y que, además nunca lo vamos a recuperar. La modernidad nos ha llevado a un consumo indiscriminado de información, la radio nos atiborra de información, pero al final de varias horas matutinas de noticias terminamos más confundidos, neuróticos y sin conclusión alguna. Aquí se ubica una de las drogas más nefastas que a diario recibe nuestro cerebro, la única droga que se enchufa: la televisión.



Miguel Ángel Cornejo
Fuente: Enciclopedia de la Excelencia
Compromiso para ser un líder
Tomo I, pág. 339

QUIEN ERES?

¿Quién eres?

Un aventurero en la vida cuyo único objetivo es dormir, comer y morir.

¿Quién eres? Alguien que recorre la vida como si fuera por una autopista que desea recorrer a velocidad vertiginosa hacia la muerte; vivir sin vivir, sin ningún sentido existencial.

¿Quién eres? Alguien que se cree inmortal, que deja pasar las oportunidades como si nunca fuera a morir, y lo que hoy deberías realizar sólo es esperanza de que mañana lo lograrás.

¿Quién eres? Un espectador pasivo sentado a la orilla del camino esperando que el destino te despierte.

¿Quién eres? Un ser inconforme del mundo actual dispuesto a ser un protagonista del cambio, aportando soluciones positivas, decidido a construir el mundo del mañana, capaz de arriesgarlo todo por hacer valer la verdad.

¿Quién eres? Un ser comprometido dispuesto a apostar la vida por realizar tus sueños, a caminar todos los días al encuentro de las oportunidades, a ejercer tu libertad confrontando y desafiando a aquellos que destruyen los valores fundamentales.

¿Quién eres? Un ser llamado a traspasar la barrera del tiempo para permanecer por siempre en el corazón de tus hijos, de tu pareja, de tu gente, en la memoria universal como un ser que cumplió en su tiempo su misión histórica; alguien que decidió ser hijo de Dios a través de sus acciones, entrega y amor.

Ése eres tú: el líder que el mundo necesita.



Miguel Ángel Cornejo
Fuente: Enciclopedia de la Excelencia
Estrategias para triunfar
Tomo III, pág. 1204

VALORES Y HABITOS

El arte de ser persona consiste en renovarse permanentemente.



Binomio del éxito: valores y hábitos

Cuántos objetivos y proyectos no se realizan simplemente por falta de tiempo o por no haber perseverado lo suficiente. La vida de los inconclusos, de los que no son capaces de terminar bien una tarea, son aquellos cuya característica principal es dejarlo casi todo a la mitad, y señalo casi todo, porque lo que sí logran plenamente, es mantenerse en la mediocridad y siempre tendrán una excelente justificación de por qué no lo lograron. En este pequeño estudio no pretendo dar un formulario mágico de actitudes para tener éxito, sino llegar a la parte nuclear del ser humano, de donde proviene todo nuestro existir y de lo cual depende lo que lleguemos a realizar: Los valores. Con base en ellos se marca la calidad de vida que tenemos y del futuro que nos espera, tema que he abordado en capítulos anteriores, pero debemos subrayar que son la fuente de nuestro ser y el complemento esencial son los hábitos, la forma como expresamos dichos valores, la destreza en la práctica, la aptitud de llevarlos al campo de la realidad. Son los hábitos los que expresan la riqueza o la pobreza de nuestro interior.

Somos lo que hacemos, si soy una persona afable y optimista sé que en el fondo vivo el valor de la alegría; si busco que mi trabajo sea de alta calidad, vivo el valor de la calidad; si soy una persona alerta a servir, estoy viviendo el valor del servicio; si soy una persona que mantiene aseado todo lo que me rodea, aprecio la limpieza; si me preparo constantemente valoro la superación; si llego a tiempo a todas mis citas es que para mí es importante la formalidad; si cuido de mi pareja, la procuro y la comprendo, es porque en el fondo sé que la amo, si ejerzo con responsabilidad mi paternidad, es que valoro profundamente a mis hijos; en fin, a través de mis acciones demuestro en la práctica los valores que poseo.

Valor es todo aquello a lo que le damos un significado que para nosotros es valioso, entonces la primera tarea es llenarnos de significados, de valores que apreciamos y debemos alimentarlos constantemente, como ya ha sido anteriormente comentado. Ahora el tema es el desarrollo de los hábitos de Excelencia.


Miguel Ángel Cornejo
Fuente: Enciclopedia de la Excelencia
Compromiso para ser líder
Tomo I, pág. 303

¿POR QUE EXISTO?

 Para hallar el camino debes saber a dónde vas.


Seguramente usted como yo queremos alcanzar nuestras metas, tener éxito en nuestras empresas, triunfar y vencer los obstáculos, conquistar anhelos y desafiar imposibles; seguramente querrá ya no ser un ser anónimo y mediocre, sino transformarse en un ser extraordinario.

Imagine usted por un momento que llega a un sepelio en el que curiosamente se dan cita sus seres más queridos e importantes, y para su sorpresa, al momento de mirar dentro del ataúd se da cuenta que es ¡usted!, y empieza a escuchar atentamente lo que dicen su pareja, amigos, colaboradores, hijos, parientes, en fin, hasta un representante de la sociedad a la que perteneció. ¿Es de su agrado lo que escucha?, ¿era lo que usted realmente deseaba lograr?, ¿ve realizada y concluida su misión? Es más, vayamos a los extremos, ¿si se muriera el día de hoy qué dirían? Piense que ya pasó un año, ¿opinan lo mismo?, y que ya pasaron 20 años, ¿realmente su obra trascendió? Esta pequeña reflexión nos invita a madurar cuidadosamente cuál es nuestra misión existencial y evaluar si llevamos o no la dirección correcta, muchas veces nos esforzamos demasiado sin sentido alguno.

Seguramente usted como yo deseamos una nación de Excelencia; un espacio que ofrezca un futuro promisorio para nuestros hijos; un pueblo que supere la miseria y la ignorancia; que erradique la corrupción y la injusticia; un suelo que sea campo fértil para quien, en uso de su propia libertad, encuentre su propia realización.

Es necesario detenerse, mirarnos a nosotros mismos, y con toda sinceridad cuestionarnos si vamos en la dirección correcta, y si es así adelante, está usted cierto de que está en el camino correcto, pero de lo contrario ¡de inmediato rectifique el rumbo!

Seguramente usted como yo queremos un país extraordinario; una tierra que ofrezca progreso a nuestras familias; una sociedad que garantice igualdad y desarrollo para todos; una economía productiva y creciente; una nación que sea reconocida por la calidad de sus productos y servicios, productos hechos por trabajadores que han tenido la oportunidad de descubrir sus potencialidades.

Seguramente usted como yo anhelamos un futuro lleno de felicidad; un pueblo con una clara visión de su destino; con una misión que nos permita amalgamarnos hacia un sueño de prosperidad; una patria forjada con los valores de orden superior, garantía de un tercer milenio de plenitud.

Seguramente usted como yo soñamos con un mundo nuevo; un mundo lleno de paz, solidario y generoso; una tierra en la cual reine el respeto a la vida y la dignidad del ser humano en una nueva cosmovisión y en un mundo sin fronteras; una hermandad global que erradique prejuicios de raza, nacionalidad y credo; una familia mundial responsable del hábitat que ocupa con individuos libres, creadores de una nueva civilización.

Más de 40 años de investigación en cien países en los cinco continentes nos han llevado a plantear la tesis que en esta obra tratamos de explicar y en la cual ha participado un grupo de más de cien investigadores de cultura interdisciplinaria, cuya única intención ha sido la de identificar el camino que nos permita alcanzar en el menor tiempo posible el proyecto de un mundo de Excelencia.

Gracias a ellos hemos podido construir y recopilar todas estas experiencias para consolidar un trabajo que consideramos puede llegar a ser el gran proyecto de un mundo nuevo.



Cordialmente,

Miguel Ángel Cornejo
Fuente: Enciclopedia de la Excelencia
Presentación
Tomo I, pág. XXXVIII

UN EXHORTO PARA DISFRUTAR LOS MEJORES ANOS DE NUESTRA EXISTENCIA


(No apto para menores de 50 años)

Afortunadamente tanto en la naturaleza como en los seres humanos, “despues de la tempestad viene la calma.”

Y quizá lo mejor de la juventud... es que ya pasó.

El cauce se transforma en una corriente de paz que se mueve lentamente, casi sin sentirlo, hacia esa infinita grandeza, profunda e incomensurable, que es el final de todos los viajes y adonde van a parar todos los ríos: el mar.

Esta etapa, queridos amigos, es la MADUREZ

¡Pues que sea bienvenida!

Al llegar la madurez cesan las dudas y las incertidumbres. Ya no es necesario hacer tareas ni desvelarse estudiando, correr tras el autobús por las mañanas, presentar agobiantes exámenes, pasear a la novia o preocuparse por conseguir empleo.

Definitivamente lo que íbamos a ser, ya lo somos.

Y lo que no íbamos a ser, ya no lo fuimos… ni lo seremos. No a estas alturas. De éso no hay duda.

¿Entonces para qué preocuparnos?

HOY es aquel futuro del cual estábamos tan temerosos AYER.

La conclusión entonces es que, como en la madurez ya no hacemos planes a largo plazo (ni debemos), es necesario que se empiecen a ver YA los resultados de todo aquello para lo que antes trabajamos, planeamos, ahorramos y nos preparamos a lo largo de la vida.

La conclusión entonces es que, como en la madurez ya no hacemos planes a largo plazo (ni debemos), es necesario que se empiecen a ver YA los resultados de todo aquello para lo que antes trabajamos, planeamos, ahorramos y nos preparamos a lo largo de la vida.

Ya no hay que seguir posponiendo más las cosas, ni hacer planes inalcanzables “para el futuro,”pues para nosotros, óiganlo bien.......El futuro ya está aquí

De manera que ya no esperen más. Mientras gocen de relativa buena salud y puedan moverse fácilmente todavía; mientras puedan comer y beber de todo y disfrutar de los atractivos de la vida, aprevéchenlos. Abran ya sus botellas de coñac francés y usen susvajillas de Bavaria y sus cubiertos de plata, pues ¿para cuándo los están guardando? Podría meterse un ladrón y vaciarles la casa,



¿y de qué les sirvió haber guardado todo por tanto tiempo?



Tampoco esperen ya ningún mañana brillante y glorioso, singular y perfecto. Si iban a comprarse “algún día” una lancha, una moto, un camper, una cámara digital, una computadora, y pueden hacerlo (y les gusta), ¡pues cómprensela ya!

Este es el momento preciso, no pierdan tiempo.

Y si estuvieron haciendo planes toda la vida para realizar algún viaje a Europa, a las Cataratas del Iguazú, a Hawaii, a Alaska, a China o a la Patagonia, pues antes de que otra cosa suceda, como una devaluación, una operación repentina o un infarto...

¡VÁYANSE YA!    ¿Qué esperan?

En lo personal, y por lo que a mi respecta, ciertamente descubrir el arribo de la madurez me ha fascinado y me llena de gozo. Estoy gratamente impresionado. ¡Nunca imaginé que fuera así!

Con inusitado asombro descubro día a día nuevas sorpresas y satisfacciones que nunca soñé que existieran.



LAS ABUELAS.........

LAS ABUELAS SON LAS VOCES DEL PASADO Y LOS EJEMPLOS DEL PRESENTE.



ELLAS NOS ABREN LAS PUERTAS AL FUTURO.


SI HUBIERA SABIDO LO HERMOSO QUE ES TENER NIETOS, … LOS HUBIERA TENIDO PRIMERO.

NO ENVEJECEMOS CON LOS AÑOS :

JUNTO A LOS NIETOS RENACEMOS CADA DÍA.

HAY MUCHÍSIMAS MANERAS DE SOSTENER UN NIÑO EN BRAZOS, Y TODAS SON CORRECTAS, … PERO LOS BRAZOS DE LA ABUELA SON TAN ESPECIALES …


TUS HIJOS SON TÚ MEJOR INVERSIÓN. TUS NIETOS, LOS DIVIDENDOS.


¡¡ DISFRÚTALOS, HAS CORRIDO MUCHOS RIESGOS PARA LLEGAR HASTA AQUÍ !!



Y, ¿SIN SACRIFICIOS?




Bien, ¡todo esto es muy hermoso! ¡Tener carácter! También yo quiero tenerlo. ¡Llevar una vida ideal! También yo lo deseo. Pero, ¿no habría para esto un camino más fácil? ¿No hay de veras más que este único camino para llegar a tener carácter? ¿No sería posible alcanzarlo más barato, sin sacrificios?


No; aquí no se puede regatear. “Quien quiera venir en post de Mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame”, dice Nuestro Señor Jesucristo (Mt 16, 24). Quién quiera estar con el Señor, en su reino celestial, no ha de abandonarlo a Él, ni siquiera en el camino pedregoso de la cruz.

Pero dime, amado hijo, ¿qué cosas hay ahora en el mundo que se den “gratis”? Nada, absolutamente nada. Mira cómo sufren los hombres, cómo trabajan por su efímera vida terrena, haciendo día de la misma noche. Y tú, ¿quisieras lograr precisamente tu gran tesoro, tu carácter, completamente “de regalo”?

“¡Qué bien estás!”, suspira alguno que otro joven al contemplar a su amigo en el goce de las diversiones. ¡Qué bien hallado está quien toma la vida ligeramente! ¡Cuántas alegrías debe tener aquel muchacho que sólo baila y se divierte...!

¡Cuán engañado andas, hijo! Si pudieses penetrar con tu mirada en un corazón que sólo salta en pos de los placeres terrenos, ¿qué cosas descubrirías en él? Tú crees hallar allí alegría, satisfacción, y no hay más que vacío o una sonrisa forzada. Tiene razón la Sagrada Escritura: “Los impíos son como un mar alborotado” (Is 57, 20). Son el juguete de la tempestad de las pasiones y su alma queda nublada, aun cuando el huracán les deja un poco de regocijo.

Mira qué opinión tiene en este punto un célebre filósofo inglés, John Stuart Mill: “De quien nunca se priva de una cosa lícita, no se puede esperar que rehúse todas las prohibidas. No dudamos que llegará tiempo en que se acostumbre a los niños y a los jóvenes a la ascética sistemática, al ejercicio de la abnegación, y, como en la antigüedad, se les enseñe, cómo han de negar sus deseos, cómo han de afrontar los peligros y cómo han de sufrir dolores por su propia voluntad”.

Por esto la religión católica establece la abnegación, el ejercicio de la voluntad, la austeridad.

¿Austeridad? “¡Uf!” – piensas. Es porque te han llenado la cabeza con que la austeridad o ascética significa mortificación, extirpación de las alegrías de la vida.

Pues, mira. El significado originario de la palabra “ascética” (del griego ascesis), es “elaboración fina”. Los griegos entendían por tal aquella vida de preparación, de pulimento y de sacrificio, con que se disponían los atletas al certamen, para poder aprovechar en el grado más elevado las fuerzas latentes de su cuerpo.

También el carácter es el resultado de una lucha, de un combate, de un certamen. La fina elaboración de nuestro propio ser, no brindará buen resultado sin ejercicio, y nuestra religión sacrosanta ordena precisamente la práctica del sacrificio para darnos ayuda en la educación de nuestra alma.

Sin sacrificios y abnegación, no hay éxito grande en esta tierra. Y tú, ¿quisieras llegar en tren de lujo al mayor de los éxitos: la nobleza de carácter?

Ya sabes, cuando alguien se prepara para el campeonato, el entrenamiento debe tener dos direcciones. Por una parte ejercitarse día tras día, hasta el agotamiento.

Supongamos, que va a tomar parte en un concurso de remo. Se levanta al alba. Se encamina a pie hasta el club de regatas. Se sienta en la canoa y rema y suda todos los días. Curtido por el sol, sudando a mares, quebrantado, sale después de tres horas, para empezarlo todo de nuevo al día siguiente, y en los días sucesivos, semanas y semanas.

Por otra parte lleva una vida muy moderada y se abstiene de todo placer. Casi no se atreve a comer mucho para mantenerse en buen estado físico. No puede fumar. Le están prohibidas las bebidas alcohólicas. Todas las noches debe acostarse temprano.

Y, ¿para qué toda esa abnegación? Por una medalla de plata y por la gloria de ser campeón. Y a ti, ¿te pesa la lucha para conseguir el carácter?

Y fíjate: hay otro pensamiento interesante. En la vida todo el mundo debe hacer sacrificios; la diferencia consiste tan sólo en el motivo del porqué se hace. ¿Conoces, por ejemplo, algún avaro? ¡Cuán miserablemente vive, cómo cuenta los últimos céntimos! Casi no come, su vestido es harapiento, no se atreve a dar un paseo para no deteriorar sus zapatos. Ahoga todos sus deseos; vive sin alegría y sin amigos. Y todo esto, ¿para qué? Para amontonar fortuna. El avaro sacrifica su personalidad, su alegría, su honor por el dinero. ¡Nadie diga que esto no es sacrificio! Pero, ¿no valdrá la pena realizarlo por fines más elevados, mil veces más nobles?

Mira al codicioso. ¡Cuánto corre! Está de pie desde la mañana hasta la noche, no tiene un momento de descanso. ¿Por qué? Por el dinero.

Mira al vanidoso. ¡Con qué atrevimiento pone en juego hasta su misma vida, con tal de alcanzar celebridad!

¡Cuántas noches pasa sin dormir, cuánto se mueve, cuánto suda el que va de fiesta en fiesta! ¿Podría sacrificarse sólo una mitad para ayudar a su prójimo?

“En todo hombre hay un santo y un criminal” – dijo el orador francés, Lacordaire. El criminal va adquiriendo fuerzas en tu interior por sí mismo, y crece aunque no lo cuides. Pero si el santo ha de adueñarse de ti, es necesaria una labor perseverante y dura: la educación de sí mismo.

Ciertamente, sin lucha, no adelantarás un paso. Quien desea labrar una estatua, ha de quitar mucho del tosco bloque de mármol; y quien quiera moldearse a sí mismo y hacer una obra maestra de su persona, ha de pulirse sin descanso.

Una hermosa estatua no se labra en breve tiempo; pero aún es más difícil dar la última mano al carácter. Para ello se necesita un trabajo perseverante y metódico. Adopta tú también el lema de Carlos V: “Plus Ultra” “¡Aún más!” ¡Aún más allá!

Le preguntaron a Zeuxis por qué trabajaba con tanta diligencia en sus cuadros. “Porque trabajo para la eternidad” – contestó. Amado hijo, tú trabajas de veras para la eternidad cuando pules tu alma. Y, ¿encontrarás excesivo el trabajo?

(Mons. Tihamér Tóth, “El Joven de Carácter”, Nueva Edición, 2009)